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ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN

Entrego la palabra en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

2 Timoteo 2:24-25

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad.

Que el Señor Jesucristo añada bendición a esta palabra. Amén.

Explicación:

El arrepentimiento es el sentimiento de pena por los pecados y errores cometidos, entonces la persona tiene que cambiar de actitud.

El arrepentimiento es acompañado por la conversión, de esa manera se inicia una vida nueva en el Señor Jesucristo.

Los profetas del Antiguo Testamento, y Juan el Bautista del Nuevo Testamento predicaron el arrepentimiento y la conversión.

Escrito está: En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.

Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.

Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Atiende bien, pon atención.

No me gustan los pecadores, yo quiero hombres arrepentidos y convertidos. Ahora, ustedes son mis discípulos porque han recibido la palabra de salvación, y en Jesucristo tienen bendición. Amén.

Escrito está en el Nuevo Testamento: Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándonos unos a otros, y perdonándonos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Jesucristo nos perdonó, así también hacedlo vosotros.

Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo, y sean agradecidos.

Que la palabra de Jesucristo more en abundancia en vosotros, enseñándonos y exhortándonos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor, con salmos e himnos y cánticos espirituales.

Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

 

YO TE VOY A PREDICAR

Autor: Ricardo Fuentes Guinges.

Dios es primero y tiene honor, gloria a Dios porque la guerra está ganada. La palabra es verdadera, Jesucristo es amor, y por eso yo vivo con calma.

La obediencia es la sana doctrina que ayuda y salva, gloria a Dios, porque  el Espíritu Santo guarda mi alma.

De mi primer amor no me olvido, entonces, busca a Dios te lo pido. De mi primer amor nunca me olvido, yo soy Ricardo y te cuido.

El Espíritu Santo es amor, y el Señor Jesucristo tiene honor.

Yo te voy a predicar, pero tú tienes que orar y clamar. De mi primer amor no me olvido, entonces, busca a Dios te lo pido. De mi primer amor nunca me olvido, yo soy Ricardo y te cuido.

 El Espíritu Santo es amor, y el Señor Jesucristo tiene honor.

Mi sana doctrina da confianza, porque con el Señor tengo una Alianza. Oye blanquita, yo te voy a predicar porque quiero que seas mi hermana.

Yo te voy a evangelizar, porque quiero que seas cristiana.

Honor, honor, honor, el Señor Jesucristo tiene honor.

Yo te voy a evangelizar, porque quiero que seas cristiana.

No te puedo obligar, entonces, voy a orar y clamar.

Yo te voy a evangelizar, porque quiero que seas cristiana.

Muy pronto Jesucristo viene y me lleva, porque la sana doctrina me eleva.

Yo te voy a evangelizar, porque quiero que seas cristiana.

Respondiendo Jesús, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme: El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?

Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta. Y respondieron que no sabían de dónde fuese.

Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas (Lucas 20:3-8).

Yo te voy a evangelizar, porque quiero que seas cristiana.

Atiende bien, pon atención.

Porque quiero que seas cristiana.

Soy predicador, y te voy a predicar.

Porque quiero que seas cristiana.

Y también voy a orar para tu salvación, y te voy a llevar al cielo.

Porque quiero que seas cristiana.

Lucha, yo te aseguro que por la fe tú ganas.

Porque quiero que seas cristiana.

La blanquita más bonita tiene que ser mi hermanita. Pues, mi enamorada es bendita.

Porque quiero que seas cristiana.

Soy cristiano y hermano, y por eso te doy la mano. Yo te doy la mano.

Porque quiero que seas cristiana.

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego (Romanos 1:16).

Porque quiero que seas cristiana.

Y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 3:2).

Porque quiero que seas cristiana.

¡Ay Dios mío!

Porque quiero que seas cristiana.

Repito.

Porque quiero que seas cristiana.

Y lo repito otra vez.

Porque quiero que seas cristiana.

Toda la Honra, la Gloria y la Alabanza, son para el Señor, Padre de mi Señor.

Porque quiero que seas cristiana.

Por eso:

El Espíritu Santo es amor, y el Señor Jesucristo tiene honor.

Amén.